Es en las fortalezas en las que tenemos que concentrarnos. República Dominicana tiene el potencial de ampliar su catálogo de marcas premium en las vitrinas del mundo. De esta forma lo lograremos.

Guillermo Julián Jiménez

República Dominicana se ha puesto de moda. He podido constatar que autoridades, académicos, expertos y líderes de opinión de diversos países se han acercado para estudiar de cerca el caso de nuestra recuperación, pese a que a naciones con mayor tradición estadista que la nuestra les ha costado más levantarse después del shock global de la pandemia del covid-19.

Incluso, a un conocido financiero le sorprendió que República Dominicana fuera parte de un selecto grupo de naciones que experimentó en las últimas semanas una apreciación de su moneda de curso legal respecto al dólar estadounidense, señal de que los agentes económicos internos y externos han entendido como un hecho la recuperación de la economía local post-covid y una demostración del aumento de la productividad.

El buen desempeño de la nación a nivel macro se suma a una larga tradición de cosas bien hechas en el deporte, el arte, la manufactura del mejor tabaco del mundo y la elaboración de un ron premium que es la delicia de los turistas. El panorama local nos sonríe, por lo que mi reflexión de estas líneas es: ¿cómo convertimos nuestras fortalezas locales en catalizadores para ampliar el catálogo de productos premium que se destacan en el mercado internacional?

Permítame amigo lector proponer algunos elementos a tomar en cuenta, con el propósito de que la marca dominicana llegue más lejos, con mayor eficiencia y con el reconocimiento de calidad que se merece. 

Productos autóctonos

Millones de dominicanos forman parte de una diáspora que nos enorgullece no solo en la costa este de Estados Unidos, sino también en el centro y oeste de esa nación norteamericana, en México, Canadá, las naciones de Centroamérica y Europa. Es un mercado de millones de personas que extrañan productos que se convirtieron en íconos de nuestra cultura de consumo, compatriotas que a su vez pueden enseñar a sus hijos y allegados a valorar estas ofertas.

La nostalgia puede ser la puerta de entrada para que productos muy nuestros ingresen a ciudades tan elegantes como Viena (Austria) o Bruselas (Bélgicas). Estableciendo contacto con los centros de consumo de nuestros compatriotas de la diáspora, podemos articular un pivot poderoso para ampliar nuestras posiciones exportadoras.

Alimentos orgánicos

Ya tenemos los casos de éxito del banano orgánico, producto con una excelente posición en el norte de Europa, y el cacao orgánico, rubro que se ha convertido en una de las materias primas predilectas de los más exquisitos fabricantes de chocolate del mundo.

¿Podemos sumar más rubros agropecuarios a nuestro catálogo de la tendencia orgánica? Vale la pena revisarlo, debido a que el volumen de producción no es de nuestras grandes fortalezas (somos una nación de solo 48,000 kilómetros cuadrados), diferenciarnos con opciones saludables puede ser una de nuestras mejores opciones. En especial puesto que el mercado global de productos orgánicos vale 500,000 millones de dólares por año.

Los productos populares

A todo esto, verificar nuestra capacidad para ampliar nuestras posiciones en tabaco, azúcar, café, fresas, aguacate (palta) y carnes. En adición a fortalecernos en ofertas industriales como los colchones, los productos derivados de plástico y materiales de construcción, tan carenciados en estos momentos a raíz de las secuelas del gran cierre.

Diplomacia comercial

Cada embajada o consulado instalado por República Dominicana en el mundo debe convertirse en un enlace de negocios, sin excepción. Esto aplica también para los diplomáticos concurrentes, valiosos en la exploración de mercados y países que aún son distantes para nosotros en materia cultural y de consumo.

Socios de los mercados

Dentro de los mercados a los que aspiramos, resulta de capital estrategia identificar personas o empresas con las cuales poder aliarnos, con fines de obtener los mejores enfoques sobre cómo entrar a ese terreno desconocido. 

Capital foráneo

Las alianzas con personas o empresas de los territorios comerciales que aspiramos a conquistar se pueden extender a que inviertan en nuestra nación, justo desde los eslabones más incipientes de la cadena de abastecimiento. Así, la fortaleza comercial puede consolidarse justo desde el comienzo de la producción. 

El autor es abogado y MBA.